Fuente: El Día / La Provincia

En el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, dentro del sector de la estiba, Fátima Cruz Martín, ha encontrado un escenario del que nutrirse y llenarse, tanto en la faceta personal como en la profesional.

Durante casi los últimos veinte años ha cultivado su trayectoria laboral ejerciendo como jefa de estiba dentro de Boluda, una de las grandes empresas del sector de la carga y descarga de embarcaciones en el recinto tinerfeño.

Precisamente este segmento es uno de los que más encasillado se encuentra por el hecho de que tradicionalmente ha estado marcado por ser un trabajo sólo para hombres.

Fátima Cruz se aleja de esta premisa y apunta, sin dejar margen para la duda, que no considera que «se encuentra en un entorno laboral orientado a los hombres», puesto que no comulga con la idea de que haya determinadas labores que sean más o menos idóneas en función de si el trabajador es hombre o mujer.

«Bajo mi punto de vista, el género no tiene absolutamente nada que ver. Por supuesto que hombres y mujeres no somos iguales, pero en el aspecto laboral, tenemos la misma capacidad. No me quito yo, para que mi trabajo lo haga un hombre», explica.

Y es que una de las cuestiones que se plantea Cruz es que no tiene muy claro «quién pone el límite, entre lo que puede hacer un hombre o una mujer».

En cuanto al rol de la mujer en el sector portuario, Fátima Cruz confirma que «ha habido una evolución manifiesta», que se traduce en la incorporación de más mujeres en diferentes niveles. «Hay más presencia de mujeres tanto en la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife como en agencias, por ejemplo. El abanico de puestos que podemos ocupar se ha ampliado bastante», indica.

En sus comienzos dentro de la estiba, Cruz reconoce que «no había ninguna chica» en su rango, pero que en los últimos años sí que ha tenido compañeras que, por diferentes motivos, no han querido continuar.

Su trabajo consiste fundamentalmente en la planificación de las labores de carga y descarga de los barcos que llegan al puerto tinerfeño. «En función de las características del buque, el procedimiento puede ser uno u otro, por lo que mi trabajo no es para nada monótono. Me encanta lo que hago y creo que eso es primordial en la vida», manifiesta.

Los horarios en su puesto de trabajo son, en ocasiones, complicados, «pero no más que otros sectores como el de los médicos y enfermeros, por ejemplo». Por lo tanto, para Fátima Martín no es un problema relacionado estrictamente con el género, sino que tiene una dimensión más bien social. «Hemos claudicado ante la presión laboral y perdido calidad de vida», dice.

La discrimación en positivo hacia la mujer también es uno de los conceptos con los que no está de acuerdo Cruz. En su caso personal, logró acceder a su puesto de trabajo «por ser una profesional», sin que el hecho de ser mujer fuera determinante. Lo que sí opina que debe ser un factor diferencial es «la valía que tengas a la hora de ejercer tus funciones». «En mi trabajo no me he sentido nunca discriminada», comenta.

A la hora de analizar cuáles serían los retos de futuro para las mujeres en los puertos, señala que «hablar de retos y de género en la labor profesional» sólo condiciona, una situación en la que hombres y mujeres deberían partir de la misma base.